Los Recursos de Energía Distribuida en El Salvador serán impulsados por la tecnología descentralizada

Los nuevos cambios en el sector eléctrico vendrán impulsados desde el usuario y no desde las empresas. En un sector altamente regulado como el eléctrico, esto viene a ser un shock al sistema.

Históricamente cualquier cambio fue impulsado desde el regulador o desde los participantes interesados en invertir. Los supuestos bajo los cuales se han hecho muchas inversiones dejarán en poco tiempo de cumplirse.

El factor de cambio es resultado de tres cosas: 1) los menores LCOE (levelized cost of energy) que la energía renovable introduce al sistema 2) la dinámica costo/beneficio de la generación distribuida y 3) los avances tecnológicos que hacen posible la optimización y administración de los recursos de energía distribuidos (DER en inglés); todo detrás del medidor.

Los DER (Distributed energy resources)

Los usuarios ahora serán el agente impulsador de cambio de manera acelerada[1]. Sus decisiones de instalar energía renovable, ocupar vehículos eléctricos (EV), instalar baterías – o utilizar sus EV como baterías, son algunas de las cosas que hacen que el panorama energético de los próximos años sea tan cambiante.

Fuente: Publicación: Bloomberg NEF – New Energy Outlook 2019.

Algunos DER en los que el usuario puede invertir son: energía fotovoltaica distribuida, almacenamiento, electro-movilidad, sistemas de administración de energía y electrodomésticos inteligentes (termostatos, aires acondicionados, etc.).

¿Qué sucede en este mundo nuevo? Los usuarios están más dispuestos a invertir en recursos energéticos que se estima -en el agregado- serán mayores que las inversiones planificadas a la red. Lo cual es un problema debido a que la red no está diseñada para sostener cambios tan radicales.

En este nuevo panorama, pronosticar el crecimiento de la demanda y optimizar las inversiones en la red se complica.

Tecnología descentralizada y el rol de desintermediación de la confianza

Las tecnologías descentralizadas, en particular Blockchain, son especialmente capaces de establecer consenso entre varias partes, anclando confianza y estableciendo niveles de validación a bajo costo.

Lo que permiten es desintermediar la capa humana de procesos, personas e instituciones que existen solamente para verificar, validar o controlar alguna interacción entre partes dentro de un sistema.

Esta capa intermedia cuya existencia permite la sostenibilidad de mercados, industrias y países, es la consecuencia de la experiencia que nuestra sociedad ha tenido al buscar mejor el ordenamiento de la misma.

Muchos critican esta capa de intermediarios como un costo al sistema. Pero es un costo necesario, debido a que mantienen estable el sistema. Lo cual es necesario en las industrias claves de un país y nuestras instituciones.

Blockchain con su capacidad de desintermediar se colocó en la mente de muchos libertarios como la tecnología clave para desintermediar toda capa que se encarga de mantener el sistema andando.

Sin embargo, la sociedad actual se desempeña muy bien sin blockchain. Nadie pensaría – ni podría- eliminar toda la inversión realizada en el sistema financiero para controlar los riesgos de un banco o sustituir un sistema de votación popular a través de blockchain. Inclusive en aquellos casos donde se proyectó la tecnología con gran potencial (i.e transferencias bancarias), se vio la complejidad de cómo integrar este a un sistema de pagos que cumpliera con políticas AML/FT.

La limitante de esta capa de intermediarios viene a través de la escala. Para que esta capa sea exitosa debe de estar acorde a la escala del sistema. Por ejemplo, la creación de una Superintendencia del Sistema Financiero (SSF) al tamaño actual no sería necesaria si tuviéramos un solo banco en el país o si nuestra economía fuese muy pero muy pequeña.

Es por la escala, que muchas capas de intermediación no son trasladables a sistemas de menor tamaño. Debido a que serían muy costosas de mantener o ineficientes.

El Mercado Eléctrico y el rol de la confianza en el sistema

En El Salvador tenemos un mercado eléctrico mayorista en el cual a través de una dinámica de día en adelanto se empata oferta y demanda cada hora de cada día para establecer un precio de la energía.

Este mercado es altamente sofisticado, y su dinamismo es en función del ordenamiento del sistema mismo. Este mercado posee una capa intermedia de instituciones que permiten entre otras cosas: control del riesgo crédito, verificación de la contraparte, información de mercado, etc.

La Unidad de Transacciones (UT) es el operador del sistema de mercado y da acceso a los participantes; el banco liquidador elegido por la UT (con visto bueno de los PM[2]) permite el manejo de garantías, flujos y pagos hacia los participantes y ejerce labores de custodia (supervisado por SSF); la SIGET[3] regula y vigila el mercado para dar seguridad jurídica a los PM y evitar posiciones desmedidas de poder.

Todo este aparataje es necesario e importante, pero sobre todo sostenible por el nivel de transacciones, comercio y operaciones que el mercado mismo realiza.

Por ello este tipo de capa intermedia no es replicable a menor escala. Porque no sería eficiente ni económicamente viable construir todo esto para un mercado residencial o distrital. Los costos serían demasiado elevados.

Entra Blockchain al juego

¿Cómo podemos tener el mismo nivel de sofisticación que tiene el mercado eléctrico mayorista, pero en un mercado residencial o distrital? Ahí entra la tecnología blockchain.

La confianza que depositamos en la UT, los bancos, la SIGET, etc. ahora se ve algorítmicamente creada dentro de la tecnología blockchain. La confianza en estas instituciones es clave para el funcionamiento del sistema, pero replicarlo a menor escala es prohibitivo, por lo cual recurrimos a la tecnología descentralizada que permite obtener la misma confianza, pero basado en la transparencia, trazabilidad y robustez de un sistema artificial.

Esto es imparable

Mejores costos para los usuarios, tecnología más eficiente, reducción de necesidades energéticas mientras mantenemos mismos o mayores niveles de productividad. Todas estas son las metas a futuro. Solo con tecnología descentralizada y sistemas abiertos podremos lograrlo.

La clave será el no impedir o tratar de frenar este cambio, sino en adecuarlo de la mejor manera para el usuario y el sistema.

No podemos quedarnos pasivos a este cambio ya que es el usuario final quien lo demanda y quien empuja hacia este nuevo futuro.

Tampoco el estado se puede quedar atrás en esto. Ya que el frenar o restringir estos cambios, no fortalece el sistema, solo debilitaría nuestra competitividad como país al momento de comercializar nuestros productos y servicios.

Es hora de tomar esta oportunidad de cambio y aplicar nuestro ingenio humano para dar el siguiente paso en la evolución del sistema eléctrico, – a bajo costo-.


Referencias:

[1] Publicación: Bloomberg NEF – New Energy Outlook 2019.

[2] PM: Participantes del Mercado.

[3] SIGET: Superintendencia General de Electricidad y Telecomunicaciones.